DOI: 10.36638/1981-061X.2020.v26.565
Miguel Vedda
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Editorial
Miguel Vedda
1
La historia de las múltiples relaciones entre estética y marxismo
constituye uno de los capítulos más importantes de esas dos formas de
pensamiento y de praxis. Sin embargo, sigue siendo aún usual que teóricos de
la literatura y del arte vean a las reflexiones marxistas como un modo de
abordaje necesariamente reduccionista, que solo podría aportar una
perspectiva histórica o sociológica, en cualquier caso externa al análisis
formal. Aún más preocupante es que muchos marxistas se limiten a arrojar una
mirada despectiva hacia la estética, como una suerte de injerto extraño o de
departamento de baja jerarquía dentro de la construcción del materialismo
dialéctico, escasamente relevante en comparación con la crítica de la economía
política o el análisis historiográfico. Posiciones como esta no permiten dar
cuenta de por qué el estudio minucioso de la literatura tanto como de la estética
filosófica era tan importante para Marx, que no en vano lamentaba no disponer
del tiempo necesario para escribir su libro sobre Balzac. El menosprecio hacia
lo estético tampoco explica la atención que le dedicaron muchos de los mayores
teóricos marxistas a través de la historia: Mehring, Luxemburg, Lukács,
Gramsci, Bloch, Benjamin, Kracauer, Adorno, Mariátegui, Fischer… La lista
podría ser muy extensa y acrecentarla no le añade validez a un argumento que
nos parece suficientemente probado.
¿Por qué esta atención del marxismo a los fenómenos estéticos? Las
respuestas a la pregunta podrían ser variadas; pero nos atrevemos a sugerir
una que encontramos particularmente importante y que se refiere ante todo a
la literatura. En una entrevista realizada en 1968, Lukács dijo que lo más
importante que aprendió Marx de la literatura es “a comprender los conflictos
en la historia y los períodos de transición no solamente como la suma total de
las jugadas de ajedrez individuales, sino a ver la forma en la que estaban
conectadas, es decir, a verlas en su propio contexto”
2
. Para entender mejor esta
declaración, convendría remitirse a ideas que aparecen en otras obras de
Lukács, aun las correspondientes al período premarxista. Así, refiriéndose a
Shakespeare en su libro temprano sobre el drama moderno, Lukács afirma que
el dramaturgo isabelino no escribió la historia, sino la filosofía de la historia
del feudalismo decadente: es como si Shakespeare se encontrara en una
atalaya desde la cual observa, no los “pequeños” detalles fácticos, sino las
1
Profesor Titular Plenario de Literatura Alemana, director del Departamento de Letras (Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) e investigador principal del Conicet. Miembro del
colectivo marxista “Herramienta”. E-mail: miguelvedda@yahoo.com.ar.
2
Cf. Entrevista: En casa, con György Lukács. Trad. Mariela Ferrari. En: LUKÁCS, György. Testamento
político y otros escritos sobre política y filosofía. Ed. al cuidado de Antonino Infranca y Miguel Vedda.
Buenos Aires: Herramienta, 2003, pp. 113-124; aquí, pp. 118 y s.
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grandes fuerzas históricas, con una notable capacidad de abstracción. En
términos parecidos estudiará, en La novela histórica, la obra de Scott,
diferenciándola de los novelistas empeñados en reconstruir
arqueológicamente el pasado “tal como realmente fue”. Sería pertinente trazar
en este aspecto un paralelo entre la capacidad de abstracción de autores como
Dante y Shakespeare, como Kafka y Thomas Mann y el énfasis puesto por Marx
en la abstracción como herramienta ineludible para dar cuenta del
capitalismo; recordemos la afirmación del prefacio a El capital según la cual,
para el análisis de las formas económicas, no sirven ni el microscopio ni los
reactivos químicos: es la fuerza de abstracción la que tiene que sustituir a
ambos. La capacidad excepcional de abstracción que le permitió a Marx
comprender las leyes fundamentales del modo de producción capitalista –su
fisiología– por detrás del ámbito superficial de las apariencias se orienta en el
sentido de colocar, dentro del capitalismo, cada elemento individual dentro de
la totalidad de la que es parte integrante. Las condiciones de producción de
cualquier sociedad forman un todo: esto es particularmente válido para la era
capitalista; solo que, como muestra Marx, en esa era la relativa
autonomización de las partes, unida a la complejidad del sistema, hace que en
la vida cotidiana no se perciba esa unidad, que vuelve a tornarse visible en las
crisis: cuando una interrupción en el proceso de circulación continuo que exige
la lógica del capital hace notorio en qué medida están interconectados las
distintas partes, en apariencia autónomas. La abstracción en Marx, como en
los grandes artistas y escritores de la modernidad, busca establecer una
distancia respecto del modo superficial y fragmentado en que la realidad social
se presenta de manera inmediata a la conciencia cotidiana. Lo que Brecht
entendía como extrañamiento [Verfremdung] y lo que el viejo Lukács define
como efecto desfetichizador del arte coinciden en promover esta ruptura
iluminadora con la inmediatez; es en este sentido que se dice, en La
peculiaridad de lo estético, sobre la catarsis estética que ella no se reduce
a mostrar nuevos hechos de la vida, o a iluminar con luz nueva
hechos ya conocidos por el receptor; sino que la novedad cualitativa
de la visión que así nace altera la percepción y la capacidad, y la hace
apta para la apercepción de nuevas cosas, de objetos ya habituales
en una nueva iluminación, de nuevas conexiones y de nuevas
relaciones de todas esas cosas con él mismo
3
.
Las diferentes contribuciones al dossier que aquí presentamos
muestran algunas de las formas diversas en que el arte (y la reflexión sobre él)
ofrece una educación estética para la emancipación, desarticulando las
mistificaciones de la modernidad. El artículo de Elisabeth Soares da Rocha y
Ronaldo Rosas Reis subraya la relevancia que las consideraciones sobre la
3
LUKÁCS, György. Estética 1. La peculiaridad de lo estético v. II. Trad. Manuel Sacristán. Barcelona:
Grijalbo, 1982, p. 528.
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sensibilidad humana del Marx de los Manuscritos económico-filosóficos y el
pensamiento ontológico lukácsiano poseen como métodos para abordar temas
estéticos y culturales. A partir de esta constatación, traza un recorrido por la
obra de una serie de pensadores destacados del marxismo del siglo XX –
Antonio Gramsci, Guy Debord, Terry Eagleton (La idea de la cultura), además
de otros autores pertenecientes al marxismo o ajenos a él–; los autores
destacan la importancia de la educación estética y de la conciencia teórica
acerca de la sensibilidad humana, como estrategias fundamentales de cara a
una época que, como la nuestra, se encuentra totalmente permeada por la
lógica de la mercancía y su carácter esencialmente fetichista. José Deribaldo
Gomes Santos se ocupa de examinar el significado y la función que tienen, en
La peculiaridad de lo estético (1963), las categorías de alegoría y símbolo,
partiendo de las definiciones goetheanas y mostrando la significación que
ambos términos tienen para la discusión lukácsiana sobre la literatura y el arte
modernos. El trabajo establece también un paralelo entre la teoría lukácsiana
y el sentido que concede Walter Benjamin a la alegoría y el símbolo en el libro
sobre el Trauerspiel. Paula Alves Martins de Araújo recupera una de las
categorías más controvertidas (y más incorrectamente entendidas) de la teoría
literaria lukácsiana: la de triunfo del realismo; un término que, en el filósofo
húngaro, excede incluso el marco de la producción y la reflexión estéticas para
extenderse a los ámbitos de la acción política y la praxis cotidiana. El artículo
indaga atentamente y con minuciosa precisión histórica el desarrollo del
concepto engelsiano y su significación en los debates en los que se vio
implicado Lukács durante la década de 1930 y comienzos de la de 1940. El
artículo de Bruno Daniel Bianchi trata de someter a discusión la dialéctica de
arte autónomo / arte comprometido en la obra madura y tardía de Lukács,
estableciendo también algunas referencias a otros autores. Bianchi concluye
que, en Lukács, el partidismo [Parteilichkeit] no contradice la autonomía de la
obra, ni anula el efecto desfetichizador que debería tener toda auténtica
producción artística o literaria. Juarez Duayer bosqueja un cuadro muy rico
sobre la situación existencial, política e intelectual de Lukács durante los años
de permanencia en la URSS (1933-45), en el que delimita con exactitud tanto
la especificidad de las posiciones estéticas del autor como su dimensión
polémica, en clara delimitación respecto del stalinismo imperante. A la vez que
estudia los ensayos lukácsianos, Duayer también discute detalladamente con
algunos de los estudiosos más significativos de la obra del pensador húngaro
(Oldrini, Tertulian, entre otros). Martín Salinas aborda los artículos de Lukács
dedicados a la obra de Soljenítsin, con especial atención al ensayo sobre
Pabellón de cancerosos, mostrando no solo la vinculación que estos artículos
mantienen con la concepción general del filósofo sobre el realismo estético,
sino también con el contexto social y cultural del poststalinismo. Se establecen
también comparaciones provocadoras con otras novelas; en especial, con La
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montaña mágica, de Thomas Mann, que en definitiva es también una novela
sobre el microcosmos clínico. Leandro Candido de Souza ofrece un estudio
pormenorizado sobre el estudio más extenso de Siegfried Kracauer sobre el
policial clásico, La novela detectivesca. Un estudio filosófico, compuesto
durante la primera mitad de la década de 1920, pero publicado solo después
de la muerte del autor. El artículo despliega la estructura argumentativa tanto
como el contexto histórico de investigación con el que se enfrentó Kracauer al
redactar el tratado, y discute con teóricos marxistas (Benjamin, Gramsci,
Fischer, Godmann, Mandel) y con especialistas en la obra del ensayista
frankfurtiano, entre quienes se destaca nuestro querido y añorado Carlos
Eduardo Jordão Machado.
A este segmento predominantemente teórico del dossier siguen varias
contribuciones dedicadas a análisis particulares. La de Jesica Lenga presenta
una reseña crítica de varias aproximaciones críticas a la obra de Charles
Dickens –las de Caudwell, Lukács, Adorno, Williams, Eagleton, entre otros–
con el propósito de destacar la peculiaridad de cada análisis y de relacionarlo
polémicamente con los restantes. Ana Laura dos Reis Corrêa construye un
paralelo sumamente lúcido y original entre los procedimientos narrativos
(ante todo: la construcción de un narrador no confiable y el empleo de un
distanciamiento satírico) aplicados por Goethe en el Werther y por Machado
de Assis en su obra madura, sobre todo a partir de su novela maestra Memórias
póstumas de Brás Cubas. Sobre la base de una discusión de varias perspectivas
críticas –entre ellas, las desarrolladas por Lukács en Sobre la cuestión de la
sátira–, el artículo no solo muestra la influencia concretamente documentada
de Goethe sobre el narrador brasileño, sino aún más las semejanzas entre
ambos escritores en el plano de la técnica narrativa. Tomás Sufotinsky
presenta un panorama sobre el desarrollo de la obra poética del escritor
alemán antifascista, emigrado a la Argentina, Paul Zech, con vistas a establecer
una serie de correlaciones con las reflexiones estéticas de Lukács y Adorno.
María Belén Castano revisa dos importantes ensayos de Christa Wolf para
mostrar la influencia que ejerció sobre ellos el concepto de utopía presente en
la obra de Ernst Bloch; el artículo, al mismo tiempo, brinda una ocasión para
evaluar las ideas de la escritora alemana sobre el Romanticismo alemán.
La diversidad de perspectivas no debería ocultar la identidad de
propósitos. Todas las contribuciones a este dossier intentan y, efectivamente,
consiguen realizar aportes a la reflexión sobre la literatura y el arte (y sobre la
teoría de la literatura y el arte) en tiempos muy oscuros, en que un
pensamiento comprometido con la emancipación humana tiene que
enfrentarse ya no solo con las mistificaciones generadas por el neoliberalismo
aún hegemónico a nivel mundial, sino también con la complicidad que con él
mantienen las nuevas derechas latinoamericanas, con su renovado intento de
exterminar toda disidencia y de liquidar cualquier convencimiento en que otro
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mundo es posible, más allá de las formas concretas de explotación que todos
conocemos y, sobre todo, de la ley del valor. Bajo estas condiciones, lo estético
retiene –y debe desplegar– todo ese potencial que le reconoció
persistentemente Lukács, desde sus primeras impresiones juveniles hasta sus
reflexiones tardías: el potencial de ser más auténtico, más verdadero que esa
mentira que representa el mundo existente, sustancialmente cosificado. Como
verdad –y no como ficción, si se la entiende banalmente como un sinónimo de
mentira– tendrá la mímesis estética una función importante que cumplir,
como alternativa, en general, frente a las fantasmagorías del capitalismo
contemporáneo, pero ante todo, particularmente, ante las mistificaciones de la
industria cultural.
El autor de esta presentación querría aprovechar esta ocasión para
agradecer a los autores sus valiosas contribuciones, y a Ester Vaisman tanto
por la oportunidad de coordinar este dossier como por su persistente
compromiso y por su valiosa amistad.
***
A presente edição de Verinotio – Revista on-line de Filosofia e Ciências
Humanas traz um texto de G. Lukács inédito em português, traduzido
diretamente do original alemão por Ronaldo Vielmi Fortes, especialista no
pensamento lukacsiano que já se tornou referência na tradução das obras do
filósofo húngaro no Brasil. Trata-se do prefácio escrito por Lukács à Estética
de Hegel publicada em 1955, cuja importância dispensa maiores comentários,
tanto no que se refere ao próprio Hegel quanto, principalmente, para o devido
entendimento do modo como Lukács concebia a contribuição do filósofo
alemão em uma época particularmente adversa para esse tipo de discussão.
Logo no início do texto é possível perceber o esforço de Lukács em demonstrar
“os traços positivos da filosofia hegeliana”, como também que os “clássicos do
marxismo mantinham particularmente grande apreço por esse trabalho”. O
autor passa em revista as contribuições no campo da filosofia da arte anteriores
ao advento do pensamento hegeliano para concluir, em seguida, que a
“Estética de Hegel é um compêndio crítico enciclopédico de todas essas
tendências”, ressaltando ainda que a preocupação estética emerge apenas em
um momento mais tardio de seu itinerário intelectual. Mas isso não significa
que em seus escritos anteriores o tema não tenha sido contemplado. Lukács
chama a atenção para o fato de que na Fenomenologia do espírito é possível
identificar a presença de preocupação dessa ordem, assim como na primeira e
na segunda edições da Enciclopédia das ciências filosóficas e, também, em
seus cursos e palestras. Ademais, examina com detalhe os vários momentos de
construção e reconstrução do pensamento estético de Hegel até a sua chegada
a Heidelberg. A preocupação de Lukács em caracterizar, em breve prefácio,
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conquistas incontornáveis do filósofo alemão é de fato evidente, sobretudo a
sua visão de história, que forneceria ponto de partida justo para a devida
avaliação das obras de arte. Mas Lukács não para por aí. Chega a afirmar que
“Hegel comprova de maneira aguda o quão desfavorável é a sociedade
capitalista para o desenvolvimento da arte”. Contudo, é evidente que Lukács
não pretende sobrevalorizar em demasia as dimensões positivas da
contribuição de Hegel para a reflexão sobre os problemas da estética, muito ao
contrário. Ele reconhece que “a estética hegeliana é a primeira – e a última –
síntese científica, teórica e histórica abrangente da filosofia da arte a que a
filosofia burguesa poderia chegar”. Ápice do movimento ascensional burguês
no plano da filosofia, apresenta, no entanto, “todas as deficiências e limitações
do pensamento burguês”, com as mistificações que lhe são características. O
fim da arte é apenas um eles....
O autor do artigo La otra teoría de la reflexión de Lênin: la formulación
de una segunda teoría leninista del reflejo en el Resumen de la Ciencia de la
lógica, Manuel Alejandro Bonilla, argumenta que Lênin teria formulado uma
teoria do reflexo para, acima de tudo, evidenciar e esclarecer as intrincadas
relações entre o ideal e a sociabilidade. O problema já estaria presente de modo
rápido em alguns textos anteriores, mas seria Materialismo e
empiriocriticismo que a questão do reflexo passa a ser desenvolvida de modo
mais cabal, afirmando a tese que se constituiria na espinha dorsal de sua
reflexão, qual seja, a de que a teoria é aproximação contínua da realidade.
Como o autor demonstra, a tese passou a ser teoria oficial do Diamat, mas, ao
mesmo tempo, tornou-se objeto de crítica intensa pelos representantes do
assim chamado “marxismo ocidental”. Diante disso, Bonilla procura mostrar
que Lênin elaborou argumentos que poderiam se contrapor às teses
mecanicistas: trata-se do Resumo da Ciência da lógica, em que teria ocorrido
o “redescobrimento” de Hegel justamente por parte de Lênin, que, no entanto,
não teria sido levado em consideração pelos intérpretes do revolucionário
russo. No referido escrito, Lênin teria resgatado algo de fundamental
importância: o movimento do pensamento se acerca do real em um processo
de aproximação, destacando, assim, as relações reflexivas entre pensamento e
mundo. Nesse reencontro, as categorias dialéticas teriam sido reavaliadas e
enriquecidas.
Henrique Coelho comparece neste número com o texto Roberto
Schwarz e György Lukács: uma aproximação dialética. O autor inicia
explicando o trânsito ao pensamento maduro de Lukács desde sua época pré-
marxista – quando, conforme o autor, abordava a obra de arte de maneira
imanentista, com base em uma divisão rigorosa entre subjetividade e
objetividade que impedia à arte reconciliar indivíduo e mundo, mas servindo
como escape da vida cotidiana dilacerada pela reificação da modernidade.
Passando pelo seu protomarxismo, Coelho aborda a posição lukacsiana
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madura perante a arte realista, nem hipertrofia da subjetividade nem reflexo
mecanicista da realidade objetiva, mas figuração da objetividade como
consciência dos problemas universais, histórico-sociais. Em seguida, o autor
aborda algumas análises literárias de Roberto Schwarz nas quais este salienta,
em autores como Machado de Assis, o estilo que aglutina na própria forma e
na própria trama elementos para “alinhavar a natureza da tenaz e desigual
estrutura social brasileira”, “localização realista e dialética da particularidade
na universalidade” do capital. Coelho conclui que há uma aproximação entre
as estéticas de Lukács e de Schwarz, pois em ambas estão presentes a
prioridade ontológica do real e a averiguação do escrutínio artístico em seu
terreno específico, além do distanciamento de estreitas visões sociologistas,
havendo divergência apenas no trato da questão das vanguardas.
Já o artigo intitulado Os Manuscritos de 1844 de Karl Marx e a
retomada da economia política no pensamento pós-hegeliano, de autoria de
Douglas Rafael Dias Martins, como próprio título indica, tem por objetivo
central analisar o sentido e as implicações dos estudos sobre economia política
clássica que tiveram início no período em que Marx residiu em Paris. O autor,
tomando como base variada bibliografia, em que um conjunto de intérpretes
também se debruçou sobre o assunto, procura avaliar o caráter dos vínculos
teóricos que Marx estabelece com os neo-hegelianos e com o próprio Hegel a
respeito do tema. Além de ressaltar os traços característicos da realidade alemã
do período, refere de modo razoavelmente detalhado as concepções teóricas
das figuras mais representativas do movimento influenciado pelo pensamento
do filósofo de Heidelberg. Por meio desse procedimento, prepara o caminho
para abordar então o texto marxiano propriamente dito, em cuja análise
também se vale de um certo número de intérpretes com o objetivo de adensar
a própria análise. Dias Martins conclui, entre outros aspectos, que nesse texto
seminal se encontra um momento importante na trajetória do autor em tela,
tendo em vista que aí se encontram elementos fundamentais da concepção
materialista que Marx e Engels desenvolverão mais tarde.
Vitor Bartoletti Sartori apresenta o artigo Os juristas nas Teorias do
mais-valor de Karl Marx: produtividade e desenvolvimento capitalista diante
da concepção marxiana de socialismo. O autor parte do debate sobre a
concepção marxiana de trabalho produtivo, tomando por base texto de Marx
pouco analisado no campo no direito. Salienta que conceituar trabalho
produtivo como produção de valores de uso é apenas parcialmente correto,
sendo mais adequado afirmar que se trata do trabalho subordinado ao capital,
categoria típica do modo de produção capitalista, em que o essencial é a
valorização do valor e, portanto, a extração do mais-valor. Segundo Sartori,
Marx mostra como a apologia do trabalho produtivo está relacionada ao
momento progressista da burguesia, relativo à grande indústria (englobando,
portanto, o trabalho do proletariado). Tão logo fique evidente que o trabalho
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daqueles que se subordinam imediatamente ao capital comercial, financeiro
ou portador de juros não é produtivo, mas é essencial para a reprodução do
modo de produção capitalista, a burguesia promove um alargamento acrítico
do termo trabalho produtivo, distanciando-o do operário de cuja força de
trabalho é extraído o mais-valor e aproximando-o dos funcionários da
maquinaria estatal, do que se poderia chamar de setor de serviços, dos
rentistas da terra etc. Sartori chama a atenção para o fato de que o crescimento
do trabalho improdutivo é o resultado também do aumento da produtividade
do trabalho e dos “diversos liames novos que acompanham tal incremento”,
destacando-se aí o adensamento de camadas com maior grau cultural e ligadas
somente de modo mediado ao processo imediato de produção (inventores,
médicos, juristas) que realizam um trabalho intelectual ao mesmo tempo
subordinado à produção capitalista e mantendo para com seu processo
imediato certa autonomia relativa. Conclui que o desenvolvimento científico
abre possibilidades para as capacidades humanas que não se realizam na
produção capitalista, por não caberem na medida do valor, e que a pauta do
trabalho não é uma sociabilidade calcada no trabalho produtivo (e, portanto,
na valorização do valor), mas uma em que o tempo livre é medida de riqueza.
O artigo A particularidade da constituição do capitalismo alemão em
Marx: algumas passagens dos anos 1840, de Vladmir Luis da Silva, realiza uma
análise imanente de textos marxianos da década de 1840, com foco nas
observações marxianas sobre seu país natal, a Alemanha, tema constante,
ainda que não tratado diretamente, em diversas obras do período: é que o
pensador alemão buscava no modo particular de constituição do capitalismo o
núcleo estruturador das múltiplas configurações espirituais e práticas, donde
o debate sobre a particularidade do capitalismo alemão estar tratado, em
diferentes níveis de aprofundamento, nos textos desse período de constituição
da própria posição teórica e de crítica da filosofia especulativa alemã. O
diagnóstico marxiano acerca das condições particulares de desenvolvimento
da Alemanha não passa por mudanças no período, de acordo com o autor,
conhecendo, porém, um aprofundamento e um desenvolvimento conforme o
próprio processo histórico se desdobra. Marx sintetiza as condições objetivas
de atraso social e político do país e as debilidades das suas classes sociais
modernas na expressão miséria alemã, à qual contrapõe o processo de
formação dos países de via clássica, como Inglaterra, França e Estados Unidos.
Como observa Silva, porém, a crítica marxiana passa longe dos simplismos,
uma vez que é capaz de apontar a coexistência do atraso e da conciliação com
a modernidade no campo teórico, no qual a Alemanha alcançou o máximo
nível de desenvolvimento possível ao pensamento burguês. Bem assim, ao
criticar a miséria alemã Marx não faz a defesa dos países capitalistas então
mais avançados, mas demonstra também as suas contradições (como o caráter
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limitado da emancipação política) e afirma a necessidade da revolução social,
ensejadora da emancipação humana.
A resenha O capital monopolista financeiro no Brasil, escrita por John
Kennedy Ferreira acerca do livro Anatomia de um credo: o capital financeiro
e o progressismo da produção, de autoria de Ronald Rocha, finaliza a presente
edição. No texto, o resenhista busca identificar um certo debate sobre o caráter
da burguesia brasileira e nele insere o livro em questão, em que Ronald Rocha
busca caracterizar a constituição dos capitais presentes na atualidade
brasileira. Ademais, sublinha a posição crítica do autor sobre a separação
fictícia entre capital produtivo e capital financeiro, para em seguida reconhecer
o processo de financeirização da economia e a consequente formação de seus
respectivos conglomerados. De acordo com Ferreira, o livro é uma importante
contribuição para análise da realidade brasileira, seus impasses e as
alternativas de luta.
Convidamos o leitor à leitura e à reflexão, imprescindíveis para toda
determinação de transformar o mundo.
Como citar:
VEDDA, Miguel. Editorial. Verinotio – Revista on-line de Filosofia e Ciências
Humanas, Rio das Ostras, v. 26, n. 1, pp. 7-15, jan./jun. 2020.
